En los últimos días se ha hablado mucho del presupuesto para hacer el Camino. El motivo ha sido la promoción de la senda jacobea en los medios como algo asequible para estos tiempos de crisis. Es una pena que una senda tan fabulosa, con tantos años de historia y tantas tradiciones, se resuma de pronto por ciertos como un viaje low cost ideal para salvar las vacaciones en tiempos de dificultades. Mas en Especialistas para el Camino no estamos para decir de qué forma tiene o bien no debe ser el Camino, sino más bien para echaros una mano en el momento de organizarlo, conque el día de hoy nos hemos planteado qué coste tiene verdaderamente peregrinar a Santiago. No es caro; llevan razón quienes charlan estos días de un presupuesto diario de treinta euros. Puede hacerse aun más asequible. Lo que más cuesta es tal vez el equipamiento, si bien una mochila y unas botas duran muchos años, conque no sería justo repercutir su costo en el del Camino. Dejando a un lado los desplazamientos hasta el punto de inicio y el regreso desde Santiago, los gastos rutinarios de la propia peregrinación que nos toco pagar a mi compañero de trabajo de reparacion de electrodomesticos y a mi por realizar esta ruta son:
Realmente prefiero comer de menú del día y prepararme en el albergue tanto la cena como el desayuno. Muchos no tienen cocina mas todos cuentan con un comedor común donde compartir con otros peregrinos unos embutidos, queso, fruta, una ensalada o bien cualquier otra vitualla fácil. Más asequible y indudablemente considerablemente más gratificante que el ir de restaurante. Para desayunar, suelo tomarme unas galletas y un jugo de la tienda de el rincón ya antes de iniciar la etapa y un café en algún bar de paso. Dos euros como máximo. Y después siempre y en toda circunstancia quedan los gastos del instante. Entrar a ver un monumento por el que haya que pagar, algún tentempié a mitad de jornada, un libro, un recuerdo, una medicina, un accesorio para la cámara de fotografías (ya antes se te iba el dinero en carretes y revelados, ahora en tarjetas de memoria)… Vaya, que los treinta euros de los que charlaba la prensa están muy atinados. Quizá no sea tanto, mas es mejor proponerse un mínimo de treinta euros al día y si entonces sobra puesto que eso que vamos a tener ahorrado para pegarnos un homenaje en Compostela. A propósito, no os llevéis todo el dinero encima, que extraño es el pueblo en el Camino en el que no haya cuando menos un cajero.
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October 2016
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